domingo, 25 de julio de 2010

Un puente entre dos mundos.




Una de las cosas maravillosas del dibujo es que con un lápiz y un papel puedes representar el mundo. Esta afirmación ya ha sido pronunciada por muchos antes que yo, la cuestión es ¿qué mundo se puede representar?, y creo que ahí está lo atractivo de la cuestión, lo interesante del dibujo no es solamente que podamos representar el mundo exterior sino también, y especialmente, el mundo interior de cada individuo que agarra un lápiz.
De hecho veo al dibujo como un elemento primordial para tender puentes de conexión entre nuestro mundo interno y el mundo externo. Ambos mundos son, cuando menos, igual de ricos y frondosos y si a eso añadimos la cantidad de individuos que se animan a crear esos puentes, podemos hacernos una idea de la cantidad de universos que hay por explorar más allá de las fronteras geográficas. Es por eso que cuando descubro la obra de nuevos artistas siento en muchas ocasiones sensaciones muy parecidas a las que siento cuando conozco un nuevo lugar o un nuevo país.
Por supuesto esta capacidad de conectar los dos mundos se puede extender también a otras artes,pero lo que me maravilla del dibujo es la inmediatez para conseguirlo y la magia que se desprende del misterioso arte de dibujar ya desde los albores de la existencia humana.

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