Dentro de la definición de dibujo podemos enumerar cuatro categorías en función del nivel de elaboración de la obra en sí.
Dichas categorías serían.
- Garabato
- Esbozo
- Boceto
- Dibujo (como tal)
Vamos a describir brevemente cada una de ellas
Garabato: Es el resultado de trazar de forma rápida y espontánea una idea sobre una superficie. El garabato no responde casi nunca a un plan elaborado. De todas las categorías es la que tiene una conexión más directa con la parte inconsciente de nuestro cerebro. Fluye, surge espontáneamente de las manos sin preocupar demasiado el nivel de acabado. En el garabato lo que importa es la frescura y la improvisación.
Esbozo: En el esbozo ya empieza a intervenir de una forma más explicita la parte consciente. Aún no se trata de definir sobre la superficie de dibujo unas formas definitivas. En el esbozo todavía hay mucha parte de descubrimiento, de experimentación, es empezar a dar forma a una idea que hay en la cabeza, pero a diferencia del garabato ya hay una intención, un cámino que utilizar como rumbo para, tal vez, elaborar algo más complejo.
Boceto: En el boceto ya existe una intención clara de proyecto. El boceto responde a un objetivo, y/o a una idea claramente definida. En ocasiones el objetivo será el boceto en sí mismo (cómo los dibujos que realizan muchos autores en el libro dedicado a un fan) y en otras ocasiones será el trabajo preparatorio para una obra mucho más acabada. En el boceto ya interviene la parte consciente de forma clara y la parte inconsciente queda relegada al expresión de las formas y el estilo. No obstante su acabado no pretende ser definitivo, aún es posible observar su caracter de "obra inacabada", pero en muchas ocasiones serán los planos valiosos para construir un dibujo final.
Dibujo: Con esta denominación consideraremos a la pieza de dibujo final, con el acabado definitivo que ofrece el aspecto que el dibujante quería darle cuando imaginó la obra en su cabeza. En algunos contextos podría ser el equivalente del "arte final". En este caso, independientemente de la técnica utilizada y el nivel de complejidad plasmado, la pieza que se obtiene es el resultado de un plan elaborado desde el momento de la concepción de la imagen en la mente del dibujante. Es un proyecto acabado (el proyecto es el acabado, la obra de arte puede dejarse perpetuamente inacabada). Aunque un dibujo puede comenzarse desde cero, es muy común verlo acompañado de estudios previos en forma de esbozos, bocetos e incluso en algunos casos de garabatos.
Cómo todas las clasificaciones, ésta división de las obras de dibujo está llena de excepciones, ambiguedades, zonas difusas y posibles caminos laterales de escape, que no hacen sino demostrarnos la riqueza sin límites de esta disciplina. Ahora bien, lo que si pienso sería un error es creer que un garabato tenga que ser forzosamente peor, en sentido qualitativo, que un dibujo acabado. Si analizamos en base a la capacidad de la obra de enseñar, dar información, crear impresiones, provocar sensaciones u otro tipo de experiencia estética o cognitiva un garabato puede llegar a tener tanta o más valía que un dibujo acabado. Estas categorías obedecen a un nivel de elaboración, no de calidad.
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