Suele ocurrir además que dicha necesidad de dibujar aumenta cuando sobrevienen en tu vida épocas de especial incertidumbre o ansiedad, mientras que cuando te hayas en una fase de estabilidad emocional esta necesidad disminuye considerablemente.
Sin duda el hecho lo atribuyo a las características terapéuticas que siempre le he atribuido al dibujo en particular y al arte en general. Ya en su día el insigne pintor Joan Ponç confesó pintar “por necesidad” y conforme pasan los años no puedo por menos que darle cada vez más la razón. El dibujo es un método de conocimiento pero también de descubrimiento y exploración de otros mundos que habitan en extrañas dimensiones a medio camino entre tu mundo interior y el mundo que nos rodea.
Aunque la necesidad de dibujar es genérica, la habitual falta de tiempo y disposición hace que el boceto sea una de las formas más habituales de dar salida a esta pulsión. Siempre procuro tener algo de papel a mano en mi mesa de trabajo. Aquí os dejo algunos de los esbozos que he creado aprovechando retazos de tiempo entre tarea y tarea.
Más bocetos tras el salto.
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